Llega la primavera, los lapachos invaden Buenos Aires y funcionan como disparador para activar la jardinería en casa. Qué buen momento para renovar y llenar de flores nuestros balcones, sumarles personalidad y un toque fresco. Temporada nueva, plantas nuevas, aromas nuevos.

¿Se imaginan nuestros barrios con sus balcones espléndidos, cuidados, alegres? Quién no querría caminar por estas calles.

En la primavera nada más lindo que comprar flores y armar nuestros propios floreros. O por qué no disponer de un lugar para la diva de estas épocas, “la suculenta”. Puede ser una esquina; el rincón de las suculentas. Necesitan mucha luz pero no demasiada luz solar directa y solo riego ocasional. Son ariscas y no quieren que les estés mucho encima.

También está la opción de paredes colgantes, enmarcan el lugar y no le quitan espacio: hiedras, geranios. ¿Y mucho verde y algunas flores? Plantas perennes (abelia, lavanda, nandina, buxus) con algunos espacios de color. Me encantan la flor de seda, las alegrías del hogar, los copetes, la lobelia y la salvia roja. La idea es refrescar los espacios, renovar.

Propongo volver a regalar plantas entre amigas, según la personalidad y disposición de tiempo. Una pequeña huerta de aromáticas: ciboulette, menta, tomillo, orégano, albahaca, cedrón y romero. No requiere mucho cuidado y siempre son bienvenidas las hierbas frescas en casa.