En Buenos Aires hay dos lugares pequeños y muy adorables que me despistan y casi que me creo en Francia. Uno es la Boulangerie Cocu, una panadería fabulosa en la que podés comer algo o, como hago yo, comprar para llevar. Increíbles croissants, pain au chocolat, quiches y uno de los mejores pan de brioche de la ciudad. Adoro pasar y stockearme de panes, una tostada gruesa de brioche con queso o mermelada; es un plan en el que siempre me apunto.

El otro lugar está muy cerca, a dos cuadras, y es un bistró con pocas mesas, que sirve en su mayoría platos elaborados con productos orgánicos. A Nos Amours abrió hace algunos años en la esquina de Araoz y Gorriti, es chiquito con decoración simple y en sus mesas hay libros de poetas franceses. Está buenísimo para ir una noche con amigos, la carta es acotada pero precisa; riquísimo el conejo con vegetales.

Claro que mientras escribía este posteo busqué música francesa que me gusta y armé una playlist que comparto. Es inevitable, pensás en un lugar soñado y querés sentir su música, su ruido. Adoro ser turista en mi propia ciudad, descubrir y disfrutar lugares. Acuérdense, no es necesario viajar tan lejos para armar nuestra propia aventura.