Todos los años, en el hospital Real de Chelsea, en Londres, es sede de la mayor exposición floral del mundo. Los terrenos del hospital se transforman en vidrieras de pequeños jardines, cada uno con su estética, pero siempre repletos de color.
La exposición refleja las nuevas tendencias en jardinería, además de presentar diferentes variedades de plantas. Las entradas se adquieren con anticipación porque es tan popular que las 4 hectáreas y medio de parque no alcanzan para las 157.000 personas que lo visitan cada año.