Con Rogelio realizamos junto a Bank Boston, tres encuentros en su casa con clientes y fueron fabulosos. Era un excelente anfitrión, recibía a cada invitado personalmente y sus anécdotas de la época del Di Tella estaban llenas de carisma. Ahí disfrutamos de las puertas de acrílico y pinturas en gran formato. No se pierdan la muestra en el Malba, recorrer su obra de tan joven es un lujo inolvidable.