Con Pérez Celis realizamos varios encuentros con clientes en su atelier de Barracas y todos fueron fabulosos. Celis era un excelente anfitrión, recibía a cada invitado personalmente y sus anécdotas de la época del Di Tella estaban llenas de carisma. Ahí disfrutamos los cuadros en gran formato y su pasión por Boca y las motos.

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