septiembre 2015 - Página 2 de 2 - Cool Time

Siento la llegada de la primavera en mi ciudad

Llega la primavera, los lapachos invaden Buenos Aires y funcionan como disparador para activar la jardinería en casa. Qué buen momento para renovar y llenar de flores nuestros balcones, sumarles personalidad y un toque fresco. Temporada nueva, plantas nuevas, aromas nuevos.

¿Se imaginan nuestros barrios con sus balcones espléndidos, cuidados, alegres? Quién no querría caminar por estas calles.

En la primavera nada más lindo que comprar flores y armar nuestros propios floreros. O por qué no disponer de un lugar para la diva de estas épocas, “la suculenta”. Puede ser una esquina; el rincón de las suculentas. Necesitan mucha luz pero no demasiada luz solar directa y solo riego ocasional. Son ariscas y no quieren que les estés mucho encima.

También está la opción de paredes colgantes, enmarcan el lugar y no le quitan espacio: hiedras, geranios. ¿Y mucho verde y algunas flores? Plantas perennes (abelia, lavanda, nandina, buxus) con algunos espacios de color. Me encantan la flor de seda, las alegrías del hogar, los copetes, la lobelia y la salvia roja. La idea es refrescar los espacios, renovar.

Propongo volver a regalar plantas entre amigas, según la personalidad y disposición de tiempo. Una pequeña huerta de aromáticas: ciboulette, menta, tomillo, orégano, albahaca, cedrón y romero. No requiere mucho cuidado y siempre son bienvenidas las hierbas frescas en casa.

Los Franceses de Palermo Viejo

En Buenos Aires hay dos lugares pequeños y muy adorables que me despistan y casi que me creo en Francia. Uno es la Boulangerie Cocu, una panadería fabulosa en la que podés comer algo o, como hago yo, comprar para llevar. Increíbles croissants, pain au chocolat, quiches y uno de los mejores pan de brioche de la ciudad. Adoro pasar y stockearme de panes, una tostada gruesa de brioche con queso o mermelada; es un plan en el que siempre me apunto.

El otro lugar está muy cerca, a dos cuadras, y es un bistró con pocas mesas, que sirve en su mayoría platos elaborados con productos orgánicos. A Nos Amours abrió hace algunos años en la esquina de Araoz y Gorriti, es chiquito con decoración simple y en sus mesas hay libros de poetas franceses. Está buenísimo para ir una noche con amigos, la carta es acotada pero precisa; riquísimo el conejo con vegetales.

Claro que mientras escribía este posteo busqué música francesa que me gusta y armé una playlist que comparto. Es inevitable, pensás en un lugar soñado y querés sentir su música, su ruido. Adoro ser turista en mi propia ciudad, descubrir y disfrutar lugares. Acuérdense, no es necesario viajar tan lejos para armar nuestra propia aventura.

Sopas

En el campo de mis abuelos, las comidas eran un festín y se comía muy bien. El comedor era espléndido y la mesa siempre estaba puesta a la perfección. Éramos un promedio de 15 personas entre primos, tíos, hermanos, padres y abuelos, y cuando todos habíamos terminado de comer el plato principal, mi abuelo pedía el plato de sopa. Delicioso, era fundamental para él y, sin excepción, preguntaba si alguno se quería sumar.